¿Boda en un concierto de metal? Una pareja se casa en pleno mosh pit de Cannibal Corpse
¿Romántico? A su manera. ¿Descabellado? Sin duda. Pero si el amor sobrevive a un mosh pit de un concierto de metal, probablemente pueda con todo

Casarse es, para muchos, una ceremonia íntima, con flores, coros y familiares llorando discretamente entre canapé y canapé. Pero hay quienes prefieren cambiar el vals de los novios por una buena canción de metal y el arroz por una lluvia de codazos y sudor. Porque sí, hay una pareja que decidió darse el “sí, quiero” en un concierto de Cannibal Corpse. ¿Romántico? A su manera. ¿Descabellado? Sin duda. Pero si el amor sobrevive a un mosh pit de un concierto de metal, probablemente pueda con todo.
LA BODA
Todo tuvo lugar el pasado 22 de abril, en el escenario del Stage AE de Pittsburgh, donde Cannibal Corpse estaba llevando a cabo su concierto con total normalidad. Y, en medio del mosh pit, donde normalmente vuelan codazos y patadas, ocurrió algo inesperado: Erica y Christopher decidieron unir sus vidas en matrimonio con "Unleashing the Bloodthirsty" como banda sonora. Sí, en lugar de flores y coros, optaron por riffs de guitarra y 'pogos'.

La ceremonia fue todo menos convencional. Rodeados de fans de la banda de metal, la pareja intercambió votos que incluían promesas de amor eterno. El oficiante, con un humor digno de un festival de metal, los declaró "compañeros en el metal, el horror, la confianza, el honor y el amor".
Erica compartió su alegría en Facebook, agradeciendo a todos los que, consciente o inconscientemente, ayudaron a que este evento fuera posible. Destacó la unidad de la comunidad metalera y cómo el apoyo y el amor fueron abrumadores. Incluso mencionó a los fans que firmaron su certificado de matrimonio, convirtiendo el mosh pit en una especie de registro civil improvisado.
Así que, si alguna vez pensaste que el amor y el death metal no podían coexistir, Erica y Christopher te demuestran lo contrario. Su boda en medio del caos sonoro de Cannibal Corpse es la prueba de que, incluso entre 'pogos', el amor puede florecer. ¡Larga vida al metal y que vivan los novios!
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