Así afecta la “presión” de tocar en Iron Maiden: “Lleva un tiempo estar cómodo”
Adrian Smith recuerda cómo entrar a Iron Maiden le hizo sentir una aplastante presión

Adrian Smith afirma que sintó una enorme “presión” después de que Iron Maiden comenzara a triunfar, explicando que dejar la banda en los '90 fue lo mejor que podía haber hecho, puesto que le ayudó a crecer como músico y como persona, volviendo al conjunto con más confianza que nunca en sí mismo.
Adrian Smith se unió a Iron Maiden en 1980 después de haber tocado en un puñado de bandas, incluyendo Urchin, en la que coincidió con Dave Murray, su futuro compañero con la Doncella de Hierro. Sin embargo, el haber tocado en bares suponía demasiada preparación para la increíble atención que el grupo recibió tras la salida de 'The Number of the Beast' en 1982.

Ahora, charlando con Scars and Guitars (vía Ultimate Guitar), Smith explica cómo se sintió cuando el grupo se empezó a exponer a grandes audiencias.
“La presión”
Cuando fue preguntado sobre cómo su percepción de lo que era ser feliz cambió con la fama, el guitarrista dijo: "Cuando eres joven e intentas abrirte camino y encajar... Me resultaba difícil. Cuando tocaba en los pubs y clubes, era fácil. Me uní a Maiden, y había mucha más presión. Hasta ese momento, siempre había sido un cantante principal, y una especie de segundo guitarrista, y de repente estaba en el escenario, y se esperaba mucho de mí".

"Por ejemplo, el mánager decía: 'Vamos a salir de gira este invierno. Michael Schenker va a ser tu banda telonera'. Y yo: '¡Caray! Michael Schenker es mi héroe y salgo después de él". Incluso Yngwie Malmsteen fue nuestro telonero. Creo que lleva un tiempo sentirse cómodo en tu propia piel".
"Tuve muchos altibajos cuando era joven, como estoy seguro de que todos los tenemos. Siempre intentas encontrar tu camino. Cuando eres joven, sufres muchos altibajos. Creo que lo que estuvo bien fue que, en los años 90, hice un montón de cosas en solitario cuando no estaba en Maiden. Empecé a estar cómodo en mi piel, crecí, tuve una familia, y volví a unirme a Maiden. [Tenía] mucha más confianza en mí mismo. En los 90, mejoré mi técnica, así que me sentí más seguro".
"Y es estupendo sentirte cómodo en tu propia piel, y entonces puedes dedicarte a ser creativo. Te das cuenta de que todo el mundo tiene sus dudas, sus sueños. Todos somos iguales. Así que lo llevas tan lejos como puedes. Siempre intentas escribir la mejor canción que jamás hayamos escrito. Eso es lo que te hace seguir adelante. O, muy rara vez me escucho a mí mismo y pienso: 'Oh sí, soy genial'. Siempre estoy como, 'Joder. No he logrado clavarlo.'... Siempre estás trabajando en ello. Y eso me mantiene interesado. Se trata de esforzarse".
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